Y después de una semana de relativo descanso, debido a la carrera de Formentera y a la pequeña lesión que arrastraba desde la prueba formenterenca, esta mañana tenía ganas de correr en la primera media Maratón de Valldemossa.
Kiko ya me había dicho que era dura, pero que iba a disfrutar, y así ha sido... Después de un kilómetro por las calles de Valldemossa, con un sube y baja importante, presagio de lo que nos íbamos a encontrar, hemos salido del pueblo, y aquí es donde ha empezado un auténtico sube y baja de 21 km...Corriendo a 5'15'' en las subidas y volando a 4' en las bajadas...
Con un ritmo medio de 4'40" y muy "cómodo" he llegado al km 14,5 y aquí me he encontrado a José Manuel, le acababa de pegar un pinchazo en el cuádriceps y de la misma manera que él tiró de mi en Formentera, hoy le debía esa compañía durante los últimos 7 km.
Daba igual el tiempo, se trataba de acumular kilómetros de cara a los próximos retos, el trabajo ya estaba hecho.
Como Kiko había dicho, el circuito ha sido ESPECTACULAR, las vistas, las subidas, las bajadas... la organización, todo perfecto, y además el día nos ha acompañado... y legando a la meta nos esperaba la última "trampa" del circuito, una pequeña "rampita" de apenas 30 metros que sube a la Cartuja de Valldemossa...
Y se acabó...
He disfrutado de correr esta primera media de Valldemossa que esperemos que no sea la última.
Enhorabuena a Kiko y a todos los que han hecho posible que se celebrara.
El pasado fin de semana me desplacé a Formentera para participar en la primera edición de la FART, una prueba de larga distancia (71 km) bordeando la costa de la Isla de Formentera.
Yo ya conocía la isla (trabajé durante un par de veranos en un "campo de trabajo" de baloncesto en los pueblos de San Fernando y San Francisco, viví la noche formenterenca y disfruté de sus largas playas tomando el sol en "pelotas", jejejeje...) pero lo que no conocía era la otra visión de la isla, la de los caminos al borde de un acantilado, la de los kilómetros y kilómetros de los "no caminos" llenos de piedra suelta, seca, cortante... y la de las largas playas de arena blanca que se te hundía hasta los tobillos y se hacía interminable, y todo eso con una mochila a la espalda y unas zapatillas cada vez más llenas de esa finísima arena...
Aún así, el año que viene vuelvo... Ha sido una experiencia única e inolvidable, y creo que si Pere vuelve a organizarla, allí estaremos, no todo fueron momentos de sufrimiento, también hubo tiempo para el relax...
Llegamos a Formentera el viernes en barco, un viaje muy tranquilo en compañía de los primeros participantes de la FART y algunos triatletas que iban a Valencia al Campeonato de España, un viaje tranquilo y ameno escuchando historias de estos grandes deportistas, al llegar a Ibiza, y mientras esperábamos el ferry (visita al BK a reponer fuerzas, jajajaja... no hay nada como la comida sana) y luego nuevamente barco hasta la isla de Formentera (vimos la nueva atracción turística de este verano, ver foto...) y llegada al hotel.
Y después de una cena a base de pizza, seguíamos con la comida sana, llego el momento del "briefing", la verdad es que me asusté bastante, y por un momento se me pasó por la cabeza el no participar... lo digo en serio, pero menos mal que no lo hice, porque no hubiera disfrutado de esas 11h31' que estuve dando vueltas por la isla...
Y llegó el día, me levanté a las 4:30 para bajar a desayunar a las 5, hacer mis "necesidades" y preparar todo el material que debía llevar a la carrera, preparar la bolsa de La Mola con ropa limpia y comida sólida y bajar a esperar el autobús... y aquí se produjo el primer contratiempo del día, el autobús no aparecía, y la organización con coches particulares, nos trasladó a todos a la línea de salida... Y desde allí, 11 minutos después de la hora prevista, se dio salida a la primera edición de la FART:
Gritar, aplaudir, saludar, fotos... y a los 1500 metros, pisar una piedra que me hizo doblar el tobillo derecho y ese fue el mayor contratiempo que sufrí durante las once horas, ya que como dice la Ley de Murphy, cuando te tuerces un tobillo, te tuerces el mismo cada vez, y ese fue mi sino durante las once horas, piedra que encontraba, y no eran pocas, tobillo que giraba...
Pero bueno, como dice mi madre "sarna con gusto no pica" y la verdad es que me lo estaba pasando "teta", y ver amanecer Formentera no tiene precio... Y así transcurrieron los primeros kilómetros, arena, piedras, un torrente en el que tuvieron que poner una cuerda para subir debido a lo resbaladizo que estaba, y los "machotes" decidimos que no había que utilizarla, y así nos fue, caída y mano en un zarzal... todavía hoy tengo pequeñas espinitas dentro... jejejeje...
Y a partir de aquí ya empezó la aventura, las fitas estaban colocadas y la ausencia de caminos hacía que invirtieras bastante tiempo en encontrar más de una, pero ahí está la gracia, aquí si que se echó en falta un mapa de formentera para una mejor orientación, aunque la "chuleta" que nos dieron nos sacó de más de un problema...
Y para llegar al faro de La Mola, tuvimos que subir una recta de 1800 metros de cemento, que no es asfalto, con pendientes elevadas y constantes, y es aquí donde se agradece que de vez en cuando fiten un poco más el terreno, porque como nos dijeron en el briefing, no es una carrera para escolares de secundaria, pero también podemos evitar el estrés que genera el no saber si vas bien o no por el camino que has tomado.
Y llegamos al faro de La Mola, allí fue donde había decidido vendarme el tobillo y aguantar hasta el final como fuera, aunque la rodilla ya empezaba a molestarme debido a la fuerza que debía hacer para no apoyar del todo el pie, y a que más de una vez, tuve que guardar el equilibrio para no caerme y eso hacía que poco a poco los ligamentos laterales fuesen sufriendo más de la cuenta, pero no todo son desventuras, al llegar al faro, y para sorpresa de todos, la organización había puesto un puesto de fruta y bollería que se agradeció.
Y llegó el momento de la escalada, José Manuel (gracias a él finalicé la carrera) y yo, bajamos un torrente y cuando estábamos en la pared de bajada buscábamos las fitas para ver por donde seguir, y cuando vimos una pared casi vertical con cuatro fitas una encima de otra, no pudimos parar de reír durante unos minutos... y después de este momento cómico, tira de pies y manos y ponte a escalar... jajajaja, en ese momento fue cuando bautizamos a la carrera como RAID en lugar de TRAIL...
Y con las piernas ya cansadas empezamos a bajar el "Camí dels Romans" aquí los cuádriceps se empezaron a quejar y más cuando llegamos a la Playa des Caló y nos gustó tanto el pueblo, que lo recorrimos tres veces buscando el kiosco, donde una amable voluntaria nos dijo que nos quedaba un camino transitable con una barandilla de madera para poder correr... lo del camino transitable es "discutible", pero lo de la barandilla, la deben estar construyendo, jejejeje... de todas formas muchas gracias a ti y a todos los voluntarios por vuestras palabras de ánimo.
Y por fin, últimos kilómetros desde el faro de Punta Prima, y todos, o casi todos por arena... y eso sí que se hizo eterno, aquí, ya no había fuerzas, los calambres en gemelos e isquios eran cada dos por tres, y las pocas fuerzas que me quedaban las guardaba para poder entrar en meta corriendo...
Y con el único objetivo de no tener que usar el frontal para acabar, empezamos a correr los últimos kilómetros, entramos en la meta...
Gracias a todos por vuestros ánimos, gracias a José Manuel por tus palabras y tu ayuda para finalizar y sobre todo , ENHORABUENA a todos los finishers y nos vemos en próximas carreras...
PD.: Gracias Dani por este primer mes de trabajo con Mallorca Trail, he aprendido y mejorado bastante, esto sólo es el principio.
Como dice José Manuel "si las piernas te duelen andando, corre y acabas antes..."
