Después de la Trail de Formentera y de la posterior recuperación han pasado dos semanas en las que los entrenos han dejado mucho que desear, entre otras cosas por la falta de tiempo debido a la celebración de la semana cultural del colegio y a distintos problemas personales que han hecho que me planteara si merecía la pena seguir entrenando y dedicarle tanto tiempo a esto de correr y que últimamente me daba más contratiempos que alegrías.
He intentado seguir los entrenamientos lo mejor que he podido, he intentado compaginar las innumerables horas que paso en el colegio con el tiempo necesario para hacer unos entrenamientos dignos y no siempre con buen resultado, pendiente del móvil y con el "estrés" de tener que abortar una sesión de entrenamiento por una llamada o un contratiempo.
Todavía no he ido a correr por montaña (ni siquiera por el Castillo) desde la vuelta de Formentera, en parte por miedo a volver a torcerme un tobillo en parte por la falta de tiempo para hacer un entreno largo, realmente me planteo si sirvo para correr en montaña o si simplemente sirvo...
Sé que correr me ha hecho más bien que mal, sé que necesito esas dos horas diarias para desconectar de la monotonía que supone el día a día en el trabajo y el baloncesto y sé que no puedo dejar de hacerlo (entre otras cosas porque me gusta), pero... ahora mismo todo son dudas y esas dudas no me hacen entrenar bien.
Voy a darme dos semanas más de entrenos para ver si soy capaz de ponerme las pilas como Dios manda, aprovecharé que vienen 11 días de vacaciones y que dispondré de más tiempo para poder entrenar y ver si soy capaz de coger el impulso necesario para preparar Menorca y sino pues desistir, porque aunque quede tiempo para hacerlo, para "caco" una Trail de 184 kilómetros hay que ir preparado.
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